miércoles, 23 de febrero de 2011

ADIVINADORA

La vida me va conduciendo.
Me dejo llevar por el aire de este Amor enorme que crece día a día.
Todavía sin comprender bien por qué a mí, que desde siempre creí que este tipo de sentimientos le tocaban a otras personas...
Mi mujer, mi hijo y este sueño que comienza a despuntar, el futuro que asusta y sin embargo entusiasma.
Ella me recorre, desde las entrañas, se adueñó de mi vida, de mi ser y de cada uno de mis pensamientos.
Ella elije y yo coincido feliz, porque siempre su gusto es el mio, y porque mi gran adivinadora predice lo que quiero, me complace y me da felicidad.
No necesito pedirle nada, porque lo ofrece como si leyera mis pensamientos.
Y no estoy hablando de sacrificios ni de cosas materiales, sino de una sonrisa, una palabra, un abrazo justo en el momento indicado... mi maga me conmueve.
En la playa lució como un ángel...
Solía verla caminar en los atardeceres de mar, mojándose los pies con el cabello al viento, ceñida su ropa al vientre abultado, llevando a nuestro hijo, nuestro mayor anhelo, el sueño de mi vida.
Suele usar flores en el pelo lo que ha transforma casi en una visión divina.
Y con ropas holgadas me deslumbra, me perfuma y enloquece cada uno de mis movimientos.
No puedo describir su piel, ni su pelo, ni su rostro, ni sus labios. Su mirada azul y su sonrisa perfecta. Es hermosa.
Yo la veo hermosa, mis ojos la ven y mi alma la contempla infinitamente.
Adoro a esta mujer.
Y beso cada parte de su cuerpo, de su Alma y de cada segundo que me regala generosamente, quedándose a mi lado, segura y tranquila...
Porque hasta en el mínimo reflejo de mis músculos ... le pertenezco.